lunes, 20 de noviembre de 2006

Roto por todos lados


Confieso que me da risa cuando a veces escucho al crema Luis 'Cuto' Guadalupe (en la foto). Lo respeto como persona (aunque no lo conozco), pero no como futbolista. Me parece uno del montón, un jugador que no ha aprovechado su biotipo (193 centímetros), un defensa que a los 30 años comete errores de juvenil, de infantil y, por qué no decirlo, de calichín. Un central que no tiene recursos, que no genera respeto en los delanteros rivales, en fin... Lo cierto es que 'Cuto' debe envidiar todo el talento que posee su sobrino Jefferson Farfán y, de hecho, el aplomo y la habilidad del chileno Fernando Martel, la pesadilla del espigado defensor en los clásicos de este 2006. Guadalupe dijo, luego de la justa victoria de la U sobre Alianza, que Martel habla demasiado, que la prensa lo ha levantado mucho, que no es verdad lo que se dice de él, que es un provocador, que es teatrero, y un largo etcétera. Habría que preguntarle al buen 'Cuto' si se quedó picón cuando el sureño le rompió la cintura en la jugada del gol de Rodrigo Pérez o si no tolera que la prensa deportiva haya elegido al jugador de Alianza Lima como el mejor del Torneo Apertura de manera unánime. Imagino que quedar en ridículo ante 20 mil personas y ante un jugador que no pasa el metro 68 de estatura debe ser muy vergonzoso. Por eso me pongo en los zapatos de Cuto. Yo también hubiera perdido, y lejos, súper lejos, ante Martel si me tocaba enfrentarlo. Pero, ojo, nunca negaré lo evidente: que es mejor y que me dejaría en ridículo si me lo cruzo en el campo.

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