miércoles, 31 de enero de 2007

Conductor sin motor

Alianza Lima había perdido al multicampeón Palhinha por cuestiones económicas y personales y pretendía a otro futbolista brasileño para cubrir el puesto de armador en el equipo que ya dirigía Franco Navarro, en 2002. La búsqueda fue intensa y larga; cientos de currículos habían llegado a la mesa de la Comisión de Fútbol de ese club, que presidía Peter Ramsey Gálvez (en la foto). La contratación del nuevo 10 blanquiazul había generado una expectativa enorme en la afición, al punto que los directivos argumentaron que la demora se debía a que tenía que ser un futbolista A1, o sea del nivel del ex Sao Paulo, Cruzeiro y Sporting Cristal. Finalmente, Ramsey, entre cientos de flashes y hombres de prensa una noche en Matute, anunció que William César de Oliveira, ex seleccionado juvenil de Brasil, había sido elegido para ser el nuevo conductor íntimo. Ramsey explicó, entre otras cosas, que el futbolista tenía una hoja de vida envidiable por haber jugado en América de Cali, Vasco Da Gama, Fluminense, Flamengo, Guaraní, Marítimo de Portugal, América de Río de Janeiro, entre otros equipos, además de haber sido premiado –quizá lo más importante de su trayectoria- como el mejor jugador del Mundial juvenil que se disputó en China, en ¡¡1984!!, cuando el zurdo tenía 16 años y jugaba al lado de Neto, Bismarck, Iván Rocha, André Cruz, Marques y Gilson. William se hizo acreedor, entonces, del Balón de Oro por su actuación descollante en la cita en Asia y por los cinco goles que marcó, aunque su selección quedó tercera, detrás de Nigeria y de la República Federal de Alemania. El brasileño, finalmente, se puso la blanquiazul, ya con 34 años encima, pero nunca dio fuego. Caminaba en la cancha, daba pases con las justas con su ¿prodigiosa? zurda y apenas hizo un gol. Los años, pues, no habían pasado en vano. Estaba condenado al retiro definitivo, aunque aquí le hicieron un gran favor. Lo cierto es que Ramsey y compañía ya no creen en los futbolistas que fueron estrellas en sus inicios. No vaya a ser que hoy se ensarten con otro jugador.

martes, 30 de enero de 2007

La verdad de la mentira


Luis ‘Cuto’ Guadalupe no es precisamente un futbolista dechado de virtudes. Es, en realidad, un central que se esfuerza por cumplir la función que le asignan: defender a ultranza. No es, pues, un jugador de exportación, aunque ya haya jugado en el exterior sin saber cómo (transferido como delantero a Bélgica y como lateral a Argentina) ‘Cuto’, de 30 años, fue uno de los protagonistas de los hechos escandalosos en Estadio Monumental el viernes 19 de enero, cuando casi se produce una tragedia de proporciones en un partido amistoso entre la ‘U’ y Sport Boys de El Callao. La directiva crema, sin permiso de la Prefectura de Lima y de INDECI, dejó que el público ingrese al imponente recinto sin los suficientes efectivos de seguridad. Guadalupe vio la tarjeta roja en la cancha por una falta artera y en la tribuna los hinchas cremas, enardecidos, trataron de liquidar a cuanto barrista rosado se le ponía en el camino. La culpa mayor, definitivamente, es de la incapaz directiva de la ‘U’, que ha tratado de desviar -seguramente- la atención de todos con el interés de Watford, colero de la Liga Premier de Inglaterra, por contar con Guadalupe de un momento a otro para ¡salvarse del descenso! Para jugar en la Liga inglesa el jugador necesita: 1) Poseer VISA vigente; 2) Permiso de trabajo; 3) Haber disputado 75% de los partidos de la selección del país natal en el último año si no tiene pasaporte comunitario; 4) Interés real (oficial) del club. Guadalupe no cumplía ningún requisito. Y el representante FIFA Christian Otero, que pretendía ubicarlo en Inglaterra, lo sabía. O sea, es imposible que el club británico se haya interesado en un futbolista de esa edad, sin esas exigencias, y, sobre todo, a 72 horas del cierre del libro de pases (el 31 de enero) en la FA. Guadalupe, concentrado en Miami con la ‘U’ el domingo, tenía que llegar de inmediato a Lima a solicitar la VISA, el permiso de trabajo, cuyo trámite demora más de una semana, y no contaba, además, con un solo partido en la selección en 2006 y, lo que es peor, no había interés real del club, que ni siquiera lo mencionaba en la página oficial como (posible) refuerzo. Lo cierto es que el futbolista nunca viajó a Europa, y jugará por la ‘U’ en 2007. Salvo que otros dirigentes cremas cometan un nuevo desliz y, para desviar la atención de la afición, inventen el pase de Marco ‘Chemo’ Ruiz al multimillonario Chelsea.

‘Chaveta’ desafilada


César Humberto Chávez Riva Gálvez (Lima, 1964) es un ex arquero peruano. Estudió en el Colegio Santa María, en Lima, al mismo tiempo que jugaba en las divisiones menores de Universitario de Deportes. Debutó en Primera División, en 1983, con la camiseta crema tras relevar en un partido a Eusebio Acasuzo. Pasó luego por Sport Boys de El Callao, Defensor Lima, San Agustín y Ciclista Lima, además de entrenar un tiempo con Reggina de Reggio Calabria, en Italia, donde residió un tiempo. Fue seleccionado juvenil y mayor en varias ocasiones entre 1986 y 1990. Fue suplente de José ‘Caico’ González Ganoza, en la Copa América de Argentina, en 1987, y de Jesús ‘Gato’ Purizaga, en la de Brasil, en 1989, y en la Eliminatoria al Mundial de Italia 1990. Era un guardameta ágil, con buenos reflejos, seguro por bajo y con algunos problemas por alto. Quizá por su metro 79 de estatura. Una vez le llegó una oferta de Racing de Córdoba, pero el entonces dirigente Alfredo González no le permitió marcharse al exterior. Se desligó de la ‘U’ por decisión propia en octubre de 1989, y antes de que culmine su contrato, para irse a Italia con la familia. Graduado en ESEFUL, ‘Chaveta’, como le dicen, fue asistente técnico de Fernando Cuéllar en Universitario, Defensor Lima, San Agustín, Carlos Mannucci de Trujillo y Ciclista Lima, preparador de arqueros de la selección Sub 20 que dirigió Juan Carlos Oblitas, en 1999, y miembro del cuerpo técnico de la Universidad de San Martín de Porres, en 2004, cuando ese club era dirigido por el argentino Óscar ‘Cacho’ Malbernat. Chávez Riva, quien también fue subcampeón mundial con el seleccionado nacional de Fútbol Playa en Figueira da Foz, Portugal (1999) y Río de Janeiro, Brasil (2001), además de trabajar un tiempo como asesor de deportes de un importante portal peruano de la Internet, hoy labora en la Asociación de Futbolistas Agremiados del Perú, mientras espera una oportunidad para dirigir en Primera División. Sólo él sabe por qué no llegó más lejos en el fútbol profesional.

lunes, 29 de enero de 2007

Gran cabeceador


De la victoria histórica de la selección de Perú sobre la de Uruguay en el Estadio Centenario de Montevideo, en 1981, aún se discute el gol ilícito de descuento marcado por el charrúa Waldemar Barreto Victorino (Montevideo, 1952), goleador en ese año del Club Nacional de la capital del país oriental. Victorino comenzó en Cerro, en 1969, y luego pasó a Progreso, en 1974. En 1975, ingresó a River Plate de Montevideo, donde jugó tres temporadas. Nacional lo fichó en 1978 y un año después, en 1979, se erigió como máximo realizador del Campeonato al anotar 19 tantos. En 1980, en la final de la Copa Libertadores contra Internacional de Porto Alegre, en Montevideo, anotó de certero cabezazo el único y definitivo gol que le dio el título al bolso. En 1981, hizo el gol triunfal sobre Nottingham Forest en la final de la Copa Intercontinental. Fue también máximo realizador de la Copa Libertadores de 1980, con seis tantos. Con la selección celeste debutó en 1976 y con ella se proclamó campeón de la Copa de Oro de selecciones campeonas del mundo en 1980; anotó un gol decisivo en la final ante Brasil. Tras haber triunfado plenamente en Nacional pasó a Deportivo Cali, para luego regresar a Nacional y pasar fugazmente por Cagliari de Italia. Después recaló en Newell’s Old Boys (1983-1984) y, posteriormente, en Colón de Santa Fe. Se marchó a la Liga Deportiva de Portoviejo de Ecuador, en 1987, y llegó a jugar en el fútbol peruano por Sport Boys de El Callao y Defensor Lima. En 1991, ya con 38 años encima y al borde del retiro, recibió una oferta de Deportivo AELU de Pueblo Libre, que le adelantó 30 mil dólares luego de firmar el contrato. Victorino, tras cerrar el acuerdo, volvió a su país, y se comprometió a regresar para defender al equipo verde, pero no cumplió su palabra. Por eso, luego de que esta historia ensuciara el final de su carrera, pocos recuerdan con gratitud al delantero centro de un metro 72 centímetros, inteligente, que sabía buscar los espacios y aprovechaba al máximo las ocasiones que se le presentaban, como la de dejar tirando cintura a los inocentes niseis.

viernes, 26 de enero de 2007

Los placeres del mar


La selección Sub 23 de Perú se preparaba para disputar el Torneo Preolímpico, en Tandil, Argentina, que daba dos boletos a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Una noche disputó un amistoso en La Paz, Bolivia, ante el combinado local. El partido no era entretenido: los jugadores no hacían mayor esfuerzo por vencer el arco de en frente. Se cuidaban mucho las piernas, considerando que el certamen eliminatorio estaba muy cerca. El duelo, en realidad, se daba en las graderías, donde los hinchas bolivianos y peruanos intercambiaban pullas para alcanzar la supremacía entre ellos. Los locales gritaban sin cansancio: “el que no salta, una gallina, el que no salta, una gallina”, refiriéndose a la gran barra peruana posicionada en la tribuna norte. La respuesta visitante no tardó y cantó con ironía al unísono: “vamos a la playa, oh, oh, oh, oh, oh, vamos a la playa, oh, oh, oh, oh, oh”, en alusión al hecho de que el país anfitrión es mediterráneo. La hinchada local se sintió tocada por el recuerdo de que su territorio no tiene salida al mar y replicó desde oriente: “el que no salta, una gallina, el que no salta, una gallina”. Sin embargo, la masa grande de peruanos asistentes al estadio paceño respondió al instante: “el marrrr, el marrrr, los placeres del mar, vamos a gozarrrrr”, parte de la letra de una canción del cantautor peruano Micky González. Luego de esto ya no hubo réplica de los boliches: ni en la tribuna ni en plena competencia oficial, donde perdieron 2 a 1 ante Perú, y ambos quedaron fuera de la justa olímpica. A los bolivianos sólo les quedó conformarse con el placer del Lago Titicaca.

miércoles, 24 de enero de 2007

Al ‘Chorri’ no le liga


Quizá preocupado por la suspensión de un año que recibió de parte de la Federación de Ecuador por haber participado, defendiéndose de una agresión física con la camiseta de LDU, en una escandalosa riña ante Barcelona de Guayaquil, por la Liga de ese país, a Roberto Palacios, el popular ‘Chorri’, se le puso la mente en blanco cuando el conductor de un programa deportivo en el canal del Estado en Lima le preguntó qué le parecía que Carlos Zegarra y Flavio Maestri, dos ex jugadores de Sporting Cristal, estén hoy en Alianza Lima. El todavía jugador de la Liga Deportiva Universitaria respondió que estaba bien que ambos jueguen juntos este año en el equipo de La Victoria. El presentador insistió con el tema: “Roberto, ¿qué piensas, quizá pesó el hecho de que sean cuñados para reunirse en Alianza?” Y el talentoso volante dijo: “¿Cuñados? ¿Son cuñados? No, la hermana de Maestri está casada con Carlos… Ahh, claro, son cuñados. Sí, pues, está bien que jueguen juntos”. La respuesta del ex jugador de Cruzeiro de Brasil no inmutó a los conductores, quienes siguieron preguntándole otras cosas al hoy futbolista de 34 años, quien, luego del desliz, reveló tener cuerda para rato pese a la sanción recibida, la que, por supuesto, ha sido apelada con el fin de acortarla.

martes, 23 de enero de 2007

Lente en dirección


Llegó al fútbol peruano como un ilustre desconocido. Y es que era uno de los tantos extranjeros que recaló en el Perú para ver si la suerte le sonreía. Y lo logró. Gerson Ricardo Lente (Santo André, 1972) empezó su carrera en el modesto Santo André, de Sao Paulo. Posteriormente, ya en suelo peruano, jugó primero en el recién ascendido y antiquísimo Ciclista Lima, en 1994, y luego, por su olfato goleador, pasó en 1995 a reforzar Alianza Lima, con el que disputó la Copa Libertadores ante Bolívar de La Paz y Jorge Wilstermann de Cochabamba y en el que hizo dupla con el goleador histórico Waldir Sáenz. No acabó la temporada con el cuadro íntimo porque una tentadora oferta de la Unión Deportiva Lérida (Lleida) de España, donde recibió más críticas que elogios, lo mudó al Viejo Continente por breve tiempo. En 1996, regresó a territorio incaico y fichó por Sporting Cristal, con el que marcó algunos goles y fue campeón de la temporada. No renovó contrato y volvió a Europa para desempeñarse de manera regular en el fútbol de Turquía. Allí defendió a Canakkale Dardanespor, y luego se marchó a China para enrolarse en Huwan, y a Arabia Saudita para militar en Al Ittihad. Pegó la vuelta a su país natal y militó en varios equipos, como Gremio Maringá, XV de Campo Bom, Vila Nova, Uniao Sao Joao, Bahía, 15 de Novembro y Uniao de Araras, en los que actuó como volante ofensivo en lugar de centrodelantero efectivo. Hoy Gerson Lente tiene ya 34 años y está retirado del fútbol. En los últimos meses de 2006, luego de rescindir contrato con Bahía, dirigió interinamente a Real Brasil Club de Fútbol, de la Serie Prata del Campeonato Paranaense, club del que es responsable máximo en este momento tras formalizar el vínculo como director técnico. Lente destacaba por el tranco largo, por el dominio que tenía de los dos perfiles, por el juego aéreo (llegaba a un metro con 82 centímetros) y, por supuesto, por la facilidad que tenía para mover las redes rivales.

lunes, 22 de enero de 2007

Aquí no hay poesía




La directiva de Alianza Lima había contratado al argentino Pedro Dellacha, en 1992, para que dirija al primer equipo en el Torneo Descentralizado de ese año. El DT rioplatense no tuvo suerte, pues el conjunto grone no dejaba los últimos lugares de la tabla de posiciones. Por eso, en una decisión inesperada, el presidente Alberto Espantoso le dio el mando al ex futbolista César Cueto, uno de los ídolos aliancistas en la historia, quien iba a hacer sus pinitos en la dirección técnica. Pero el ‘Poeta de la zurda’, por más esfuerzos que hizo por levantar al equipo, no pudo lograrlo y la crisis se agravó: Alianza Lima, el más popular del Perú, peleaba el descenso increíblemente. Cueto llegó a dirigir diez partidos, la mayoría con resultados negativos, sin lograr un equipo compacto y con juego convincente, pese a la inversión fuerte en los refuerzos. Lo curioso de la vivencia de Cueto al frente del conjunto blanquiazul es que la tribuna jamás desaprobó su gestión, ni siquiera le pidió que se vaya luego del espectáculo más pobre que hayan brindado sus pupilos en la cancha: una goleada de 4 a 0 ante Unión Minas, en Cerro de Pasco. Simplemente la hinchada le pedía al genial zurdo que se vuelva a vestir de corto para enderezar el camino o, en el peor de los casos, que bote a todos los jugadores intrascendentes del plantel, a lo que el ex internacional peruano respondía alzando la mano en señal de compresión y paciencia. Cueto no pudo con la presión desmedida: dio el paso al costado, la posta la tomó interinamente Javier Castillo y después llegó el chileno Miguel Ángel Arrué, quien llevó al representativo de La Victoria al menos a la Liguilla prelibertadores para salvar la oscura temporada. ¿Y Cueto? Hoy está asimilado en una Iglesia, tiene su propia academia de fútbol y a veces participa en los entrenamientos de Alianza como invitado de los técnicos de turno.

viernes, 19 de enero de 2007

Impostor del gol


A Cienciano del Cusco, en 1992, llegó el refuerzo brasileño Marcelo Freitas (Brasilia, 1968), quien había jugado en Bahía, Vasco Da Gama, Coritiba y Brasilia, todos de Brasil; y Jorge Wilstermann de Cochabamba, Blooming de Santa Cruz y Bolívar de La Paz, todos de Bolivia. Freitas, quien se integró junto a su compatriota Norberto Tossi al conjunto cusqueño, jugaba como lateral izquierdo y, eventualmente, como puntero por la misma banda. Luego pasó por Universitario, en 1993, y fue campeón. En 1994, sin embargo, se marchó a Arequipa y defendió a FBC Melgar. Su estancia en el fútbol peruano sólo duró tres años, pues emprendió viaje al Viejo Continente, donde lo esperaba un equipo de la Liga alemana, que necesitaba urgente a un goleador. ¿Goleador? Sí, como lo leen, un inescrupuloso empresario le propuso a Freitas venderlo como delantero, y el futbolista aceptó por la jugosa cantidad de dinero que iba a recibir. El agente le encargó a un conocido camarógrafo de televisión que edite en un resumen la mayor cantidad de goles que haya hecho Andrés ‘Balán’ González, compañero de Freitas en Universitario. González, muy parecido al zurdo brasileño en biotipo y en rasgos físicos, se había cansado de hacer goles en la ‘U’, material que iba a servirle al representante para colocar al marcador de punta en el país teutón. Y lo logró. El futbolista brasileño no volvió más al Perú y nadie sabe si la hizo linda en Alemania o si los germanos se dieron cuenta de que el delantero que marcaba como jugando en la cinta no era él, sino que habían contratado a un impostor, y lo dejaron ir por obvias razones.

miércoles, 17 de enero de 2007

El “Demonio del Caribe”


Mario Eugenio Dolmo Flores (Puerto Cortés, 1965) es un ex futbolista profesional nacido en Honduras. En 1994 defendió con relativo éxito a Universitario de Deportes al lado de su compatriota César Obando, en la época en que algunos clubes peruanos se fijaban en jugadores internacionales centroamericanos. Mario Dolmo, veloz puntero izquierdo en sus años mozos, empezó en Platencito, y luego en Platense de su natal Honduras, en 1983, a nivel profesional. Después pasó por Suchitepequez de Guatemala (1985), Olimpia de Honduras (1986-87-88), Santos Laguna de México (1989-1992), Petrotela (1992), Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica (1992-93-94), otra vez Olimpia (1995-1998), Victoria de La Ceiba (1999-2000) y Broncos (2001). En 2002 cruzó la frontera para vincularse a Isidro Metapán de El Salvador, y luego se marchó a la semiprofesional Liga de Nicaragua, donde defendió a Real Estelí, a los 38 años. Dolmo Flores sigue jugando como veterano en Atlético Portuario y también enseña todo lo que sabe a la juventud de Choloma, municipio en el departamento de Cortés, mientras busca dar el siguiente paso en su carrera: ser director técnico profesional. En la Liga de Honduras hizo 36 goles: 22 con Olimpia, 10 con Platense, 3 con Victoria y uno con Petrotela. Alguna vez le hizo un gol de cabeza a la selección de Brasil en un amistoso, que él considera inusual porque su fuerte jamás fue el juego aéreo; además marcó dos goles en la Copa Libertadores de 1994 ante EMELEC de Ecuador y Alianza Lima. La prensa deportiva en Lima bautizó al ex internacional hondureño como el “Demonio del Caribe” sin percatarse jamás de que ese país latinoamericano pertenece a Centroamérica.

martes, 16 de enero de 2007

Arquero volador


Era 1994 y América Televisión transmitía el Mundial de Estados Unidos. En el Estadio Rose Bowl de Los Ángeles, en California, jugaban las selecciones de Suecia y Camerún, con el arbitraje del peruano Alberto Tejada Noriega, hoy alcalde de San Borja. El partido estaba 2 a 1 hasta que llegó el gol sueco, el del empate a los 75 minutos a través del atacante Martín Dahlin, el único jugador de color en esa selección e hijo de una venezolana. Tras el tanto nórdico, el narrador del compromiso le cedió la palabra al comentarista, un ex jugador de la ‘U’, de Deportivo Municipal y de Sport Boys, entre otros equipos, y éste dijo: “El gol se veía venir, Suecia encimaba bastante y ese disparo el arquero camerunés (Joseph-Antoine Bell, quien aparece en la foto) no lo atrapaba ni con un troncho”. Hubo silencio absoluto en el estudio por unos segundos; los quince minutos restantes, sin embargo, transcurrieron con normalidad. Pero el comentarista, hoy exitoso empresario, no volvió a aparecer durante las transmisiones mientras duró la Copa del Mundo. Con el tiempo una que otra vez fue invitado por otros canales para hablar de fútbol o para ser entrevistado, pero después ningún productor televisivo se animó a llamarlo para que analice un partido por temor a su lenguaje y a su franqueza frente a las cámaras o a los micrófonos.

domingo, 14 de enero de 2007

Ni un pelo de tonto


Óscar Alberto Dertycia Álvarez (Córdoba, 1965) es quizá uno de los delanteros con mayor cartel que ha jugado en el fútbol peruano. El ‘Pelado’ llegó al Perú en 2002 para defender a Sport Coopsol de Trujillo y, jugando por este equipo, le aguó la fiesta a Sporting Cristal, en el Estadio San Martín de Porres, y a Alianza Lima, en Matute, con goles de buena factura. Dertycia, con 36 años encima en ese entonces, aprovechaba cualquier error defensivo para hacerse presente en el marcador. Empezó en Instituto de Córdoba, luego, en 1985, pasó a Argentinos Juniors y, posteriormente, a Fiorentina de Italia, en 1987. Una gravísima lesión, que estuvo a punto de apartarlo del fútbol activo, le produjo una alopecia nerviosa, por la que se caracteriza en la actualidad: no le crece cabello. Se marchó después a España, donde defendió a Cádiz, a Tenerife (compañero de José Del Solar y Percy Olivares) y a Albacete. Volvió a su país natal, donde militó en Belgrano, Talleres y otra vez en Instituto de Córdoba, hasta que recaló en Perú tras un breve paso por el modesto Temuco de Chile (jugó al lado de Álex Magallanes) Fue internacional en varias ocasiones con la selección albiceleste, pero sólo en partidos amistosos durante la etapa de Carlos Salvador Bilardo. Hoy Dertycia es entrenador de fútbol en la División de Ascenso del fútbol del Río de la Plata.

viernes, 12 de enero de 2007

Doce en uno



A Universitario de Deportes lo dirigía un DT con apelativo de felino y un día, antes de un partido decisivo por el Campeonato Descentralizado de 1990, dio la tradicional charla técnica a sus pupilos en uno de los camarines del Estadio Nacional de Lima. El estratega explicó los movimientos tácticos, cómo moverse sin balón, y definió quién debía marcar a quién en las pelotas paradas. En la clásica pizarrita empezó a mover las piezas, que representaban a cada uno de los jugadores en el equipo, pero no se percató de que había una que sobraba: tenía doce en el esquema que planteó. Ninguno de los futbolistas concentrados, que lo escuchaban atentamente, le hizo saber la observación durante la sesión. Pero al final de ella, uno, que venía de militar en un desaparecido equipo de Ica, se atrevió, muy decidido, a preguntarle por el elemento adicional: “profesor, hay doce jugadores en la pizarra, sobra uno”. El entrenador se sorprendió, al instante observó la maqueta y, sin pensarlo dos veces, dijo: “okey, tienes razón, tú no juegas”, respuesta que generó las risas interminables del grupo. El equipo crema, finalmente, salió a la cancha con los once jugadores permitidos y, por supuesto, el que hizo la pregunta oportuna y al mismo tiempo delatora, se quedó en la banca de suplentes por entrometido.

jueves, 11 de enero de 2007

Artillero elegante


Claudio Miguel Pizarro Bossio había nacido en El Callao, en 1978. Vivía en Surco, estudió en un colegio de marinos y, antes de enrolarse en Deportivo Pesquero en 1996, pertenecía a la Academia Deportiva Cantolao, formadora y exportada de futbolistas en cantidades industriales. Pizarro pasó al equipo de toda su vida, Alianza Lima, pero una malhadada pubalgia no le permitió rendir en 1998. Recién en 1999 llegó su explosión y, aunque en la Copa América de Paraguay apenas apareció, los medios ya lo ponían en Europa, donde había varios clubes interesados en llevárselo. Una tarde de 1999 Pizarro le metió cinco goles a Unión Minas, con ayuda de los limitados y nerviosos defensas rivales y por méritos propios, en Matute. Y un conocido relator de radio no se cansaba de criticar la facilidad que le daban al delantero para marcar, pues, en otros países, según su conocimiento, eso no pasaba, o sea, en pocas palabras, el hoy ‘Bombardero de Los Andes’ no era nada del otro mundo por hacer añicos a la zaga de ese equipo. Lo cierto es que Pizarro, luego de esos goles servidos ante el cuadro de Cerro de Pasco, arregló su vinculación con Werder Bremen y después, por 25 millones de dólares, pasó en 2001 a Bayern Munich, con el que ha ganado casi todo. Sólo tiene pendiente la Liga de Campeones y el título de máximo goleador del fútbol teutón. Hoy Pizarro tiene 28 años, tres hijos, una billetera muy gruesa, y aún no renueva contrato –que vence en junio de 2007- con el conjunto bávaro. Si no lo hace podría ir a Juventus o a Sevilla o a otro club. Ofertas no van a faltarle. Y pensar que ese relator de color lo minimizaba sobremanera por los goles monses que le metía al Minas.

lunes, 8 de enero de 2007

'Matador' con carnet


Los hinchas de Universitario de Deportes jamás olvidarán a Ronald Pablo Baroni Ambrossi (Lima, 1966), ex goleador de ese equipo –del que es hincha confeso- en el bicampeonato nacional 1992-93. Baroni, bautizado como ‘Matador’ por la prensa deportiva, es peruano, hijo de argentinos y, antes de recalar en el fútbol incaico, jugó en Quilmes y Rosario Central de Argentina, además de O’Higgins de Chile. Llegó a la ‘U’ en 1992 y formó parte del cuadro crema que conformaban Juan Carlos Zubczuck, Juan Reynoso, Marcelo Asteggiano, José Carranza, Roberto Martínez, Jorge Amado Nunes, Tomás Silva, Juan Carlos Letelier, Andrés ‘Balán González, entre otros. En 1994, Baroni se marchó a Deportivo Municipal y luego se le presentó la oportunidad de emigrar a Europa, donde jugó por el poderoso Oporto y por el modesto Felgueiras, ambos de Portugal. De vuelta al Perú defendió otra vez a La Academia, a FBC Melgar de Arequipa y uno de sus últimos clubes fue Deportivo Cali de Colombia, en 1999. Baroni fue seleccionado peruano entre 1993 y 1995 y, tras su retiro del fútbol activo, decidió dedicarse a la representación de futbolistas, pues posee el carnet que lo acredita como agente AFA/FIFA y su centro de operaciones es la tierra de sus progenitores. Baroni era un atacante espigado, zurdo, fuerte, potente, que manejaba ambos perfiles y también marcaba de cabeza con facilidad por su metro con 87 centímetros de estatura.

sábado, 6 de enero de 2007

¿Furia roja?


Juvenal Silva es, de hecho, un dirigente exitoso. Bajo su gestión Cienciano del Cusco ha ganado varios títulos locales y dos internacionales, aunque aún tiene pendiente el cetro nacional, que ha perdido en dos años sucesivos últimamente. Por esto se podría decir que le lleva ventaja a los dirigentes de otros clubes locales, sin embargo aún no es un ejemplo a seguir: lo que hace bien cuando recurre a la razón lo borra cuando habla con el corazón herido. Hace poco, antes de que se dispute el Play Off ante Alianza Lima, acusó al delantero colombiano Edison Chará de desertor por abandonar el club cusqueño después del partido extra que Cienciano jugó en Trujillo ante la ‘U’, por el título del Torneo Clausura. Chará se marchó a su país aduciendo problemas familiares, y no volvió para jugar ante los íntimos, por lo que Silva pidió a la Federación que lo sancione por incumplimiento de contrato y pidió al futbolista que indemnice al club con 300 mil dólares por daños y perjuicios, además de denunciarlo por haber arreglado con antelación un contrato ventajoso con el equipo de La Victoria. Lo cierto es que Silva, antes y después del Play Off, hablaba sin argumentos valederos, porque Chará regresó a Colombia luego del último partido de su equipo en el Torneo Clausura, el extra disputado ante Universitario, como consta en su contrato, o sea, no tenía la obligación de participar en los partidos finales por el título nacional ante Alianza Lima, con el que supuestamente había arreglado por el año 2007, cuando la realidad es que el jugador cafetero es hoy de Cristal y, Silva, para variar, se tragó sus palabras por arribista.

martes, 2 de enero de 2007

Con dejo gaucho


John Christian Galliquio Castro (en la foto) no es precisamente un defensa virtuoso. Es, en realidad, luchador, cumplidor, trajinador y todos los términos semejantes que se puedan imaginar; a veces anota sin saber cómo y en muchas ocasiones no se hace problemas si, con el afán de defender, manda la pelota a la tribuna sin que le importe el reclamo airado de la afición. ‘Tyson’, como le dicen por su parecido en el rostro al polémico púgil estadounidense Mike Tyson, nació en Pisco, en 1979, y hoy es jugador de la U. San Martín de Porres, aunque ofertas para emigrar no le faltan. Una vez, en el año 2003, el entrenador argentino Ángel Cappa se lo llevó a Racing Club de Avellaneda para que refuerce la defensa de ese equipo. Galliquio, emocionadísimo, llegó a Buenos Aires y, sin tener dos días entrenando en 'El Cilindro' de Avellaneda, la cadena Fox Sports lo entrevistó en su programa estelar para conocerlo más. El conductor le preguntó cómo se sentía, en qué puesto jugaba, qué significaba para él el hecho de jugar en ‘La Academia’, y el recio futbolista, muy suelto de huesos, dijo con un acento recién adoptado: “Yyyyyy… sho estoy bien, sho soy defensa, lateral o central, y me agrada mucho el hecho de estar aquí, en un club grande como Racing”. Los panelistas de la cadena no se inmutaron por el dejo marcado del peruano, y le agradecieron por el tiempo brindado, a lo que el ex jugador de la ‘U’ y Cruz Azul Hidalgo de México respondió: “Yyyyy…. gracias a vos”. Fuera de la alienación inmediata del mayor de los hermanos Galliquio Castro su rendimiento fue alentador al inicio y muy criticado al final. Su despliegue generoso no fue suficiente para quedarse en Avellaneda más tiempo. Pero, de hecho, Galliquio debe estar súper agradecido con Cappa. Y es que favores así nomás no te conceden todos los técnicos.