miércoles, 28 de marzo de 2007

Expulsión salvadora


Carlos Castro era un recio zaguero central en la década de los años ochenta y noventa. Apareció en Deportivo San Agustín y fue campeón nacional en 1986. César Espino (en la foto) era un cumplidor lateral izquierdo que fue campeón con Sport Boys de El Callao, en 1984, y luego, en 1986, pasó a Alianza Lima. En un choque entre santos y aliancistas en diciembre de 1987, ambos se agredieron mutuamente y el juez Carlos Montalbán les mostró la tarjeta roja a los 85 minutos, con lo que quedaron impedidos de jugar por sus clubes en la siguiente fecha. Espino salió muy molesto de la cancha, hasta le mentó la madre al árbitro central, pero jamás imaginó que esa expulsión le salvaría la vida porque una semana después su equipo debía presentarse en Pucallpa para chocar con el conjunto local por el Torneo Descentralizado. Marcos Calderón, DT de Alianza Lima, reemplazó al ‘Gato’, como le dicen a Espino, con Ignacio Garretón, quien, junto a sus compañeros, al cuerpo técnico, y a un grupo de barristas, perecieron luego de que el avión que los transportaba se precipitó en el mar de Ventanilla, el 8 de diciembre de ese año. Después de la noticia fatídica, Espino pensó en retirarse del fútbol, pero siguió jugando por los íntimos y en otros clubes y, paradojas de la vida, luego fue a disculparse con Montalbán y a agradecerle por haber evitado que viaje a la selva sin retorno.

viernes, 16 de marzo de 2007

Goleador y loco


Lucía un piercing en la lengua y otro en el ombligo, le colgaban aretes llamativos de las orejas, su cuerpo estaba lleno de tatuajes, su estatura era respetable, por algo su fuerte era el juego aéreo y, cada vez que marcaba un tanto, se sacaba la camiseta y mostraba en el pecho la bandera de su país y la inscripción “Made in Argentina”, lo que le originó más de una amonestación. Así recuerda el aficionado peruano a Nicolás Martín Tagliani (Capital Federal, 1975), delantero que jugó seis meses en Alianza Lima: Torneo Apertura 2003. Hizo goles con su zurda potente en el torneo casero, pero el hincha aliancista tiene grabado en la mente aquel golazo de tiro libre que le dio la victoria al conjunto de José ‘Chepe’ Torres sobre el campeón Olimpia de Paraguay, en la mismísima Asunción, por la Copa Libertadores. Durante su estadía en La Victoria, Tagliani, quien venía con antecedentes pugilísticos desde Chile, se ganó líos con algunos referentes en Matute y tuvo que marcharse a Bolivia para seguir su carrera deportiva. Jugó en Jorge Wilstermann, pero la prensa especializada en Lima resaltaba más su relación sentimental con una conocida modelo –Angie Jibaja-, a la que llevó a vivir a Cochabamba. Tagliani empezó en Estudiantes de La Plata, en 1996. En el cuadro ‘pincharrata’ era volante por izquierda, le servía a veces al famoso Martín Palermo y tenía mucha llegada al gol. Quizá por eso acabó desempeñándose como centrodelantero. Después pasó por Quilmes, Delemont de Suiza (1999-2000), Palestino (2000-2001), Cobreloa (2001), Colo Colo (2002), todos de Chile; Unión Atlético Maracaibo de Venezuela (2004), Real Cartagena de Colombia (2005) y Aris de Grecia (2006). Actualmente, después de su corta experiencia en el fútbol helénico, vive en Italia, donde juega en Football Club Vado, de la ciudad de Vado Ligure en la región de Liguria. El club fue fundado en 1913 y juega en la Serie D del Calcio.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Cambio de hábito



Francisco Pizarro Fortunat (Lima, 1971) es un experimentado arquero peruano. Pasó por las fuerzas básicas de Sporting Cristal, pero –quizá- sus mejores presentaciones las dio con la camiseta de Alianza Lima, en 1994, época en la que incluso fue convocado a la selección absoluta por Miguel Company. Por su irregularidad perdió la oportunidad en el arco nacional y luego, tras dejar La Victoria a fines de 1997 como campeón y suplente de Christhian Del Mar, defendió a varios equipos nacionales, como FBC Melgar, Juan Aurich, Alianza Atlético, Deportivo Municipal, Unión Huaral, León de Huanuco y Atlético Universidad. El último de los mencionados, el granate de Arequipa, no le renovó contrato en diciembre de 2004. Sin equipo interesado en contratarlo, Pizarro, llamado ‘Panchi’ por sus amigos, decidió asociarse con su hermano menor José, también arquero, pero en Segunda División, para levantar una empresa: instaló un taller de mecánica en su domicilio en Lima. Estuvo cuatro meses alejado de las canchas, pero metido, sí, entre carrocerías y motores. Un día de 2005, cuando estaba decidido a seguir ensuciándose el uniforme con grasa y aceite, recibió la llamada de un colega que pertenecía a Cristal. “’Panchi’, el club se ha quedado sólo con un arquero, te deben llamar a ver si te interesa volver”, le dijeron. Pizarro recibió la comunicación y la propuesta, y en menos de una semana ya estaba entrenando otra vez en La Florida y, además, se estrenó días después con la divisa celeste. Posteriormente, volvió a Matute en 2006, alternó en el arco con George Forsyth y Joel Pinto, y fue, finalmente, campeón nacional. En 2007 anunció su retiro para asumir la preparación de sus ex compañeros de portería, pero ellos acusaron lesiones imprevistas y tuvo que volver a cuadrarse en el arco aliancista en lugar de Forsyth ante Necaxa de México, por la Copa Libertadores. Su equipo perdió 2 a 1, él no recibió goles, pero atajó por el campeón cuando ya se había desprendido de sus implementos deportivos tras colgar los guantes.

viernes, 9 de marzo de 2007

¡Por tu culpa!


Universitario de Deportes y Unión Minas jugaban un partido por el Torneo Apertura del 2000 en el Estadio Nacional de Lima. El duelo, disputado el 2 de abril de ese año, estaba empatado a cero hasta que el atacante argentino Carlos Alberto Yaqué superó la resistencia del colombiano Lincoln Mosquera, y se desató la tragedia. Luego del gol de la ‘U’, un aficionado, un alférez de la Armada peruana que estaba posicionado en la tribuna oriente, lanzó una bengala que cruzó la cancha hacia occidente e impactó en el rostro de un adolescente con retraso mental, José Mayta, alias ‘Pepito’, de 17 años, quien falleció al instante luego de que el objeto se le incrustara en el ojo y explotara ante la vista de todos. Los aficionados ubicados en la tribuna occidente hicieron lo posible para salvarle la vida, pero no lo lograron. El encuentro, como era de esperarse, fue suspendido por el juez principal Albert Caballero a los 18 minutos (el choque se completó dos días después y acabó 2 a 0) Los periodistas ingresaron a la cancha a hablar con los jugadores y uno de ellos le preguntó a Yaqué si se sentía culpable por la muerte del niño en la gradería. El rioplatense se mostró muy sorprendido por la consulta y respondió con signos de molestia: “¡¿Y sho qué tengo que ver con esto?!” El reportero, súper desubicado, le explicó: “Si no hubieras metido el gol nada de esto hubiera pasado. No hubieran lanzado ninguna bengala”. ¡Plop!

miércoles, 7 de marzo de 2007

Las pesadillas de Freddy


El ascenso a Primera División de Sport Coopsol de Trujillo no sólo generó el ingreso alentador de las Sociedades Anónimas en el fútbol profesional, sino también se dio la aparición de dirigentes nuevos con objetivos diferentes a los de los tradicionales y conocidos. Freddy Ames Hidalgo, un próspero empresario peruano con varios títulos u honores en universidades locales e internacionales, era el presidente de Sport Coopsol (Cooperativa Solar), en 2000, cuando adquirió la categoría del Telefunken 20 de Huaral para jugar el torneo de Segunda División. En 2001, Ames crea otro Sport Coopsol, que se fusiona con Deportivo UPAO de Trujillo, y en 2002 participa en el Torneo Descentralizado como Coopsol Trujillo, luego de que Sport Coopsol, el de Segunda, no lograra el ascenso. Coopsol Trujillo pierde la categoría y se va a disputar la Copa Perú, mientras que Sport Coopsol asciende en 2003 y le vende el derecho a participar en la máxima división a la Universidad de San Martín de Porres, que hasta hoy tiene un lugar en ese circuito. Ames, luego de este negocio redondo y de hacerse de un cupo en el Directorio de la Federación Peruana de Fútbol, le compra los derechos a Deportivo Aviación-FAP, de Segunda, y este club, una asociación civil, interviene en este certamen con la camiseta del Coopsol desde 2004. Ames, además, fue cuestionado por hacerle dobles contratos a los jugadores de Coopsol en 2003, lo que, finalmente, desmintió sin pruebas tangibles; en algún momento de furia pidió que los periodistas deportivos paguen entrada en el estadio Mansiche de Trujillo por criticar desmesuradamente a su equipo y, últimamente, sugirió que la selección nacional utilice elementos nacionalizados para pelear por un lugar en una Copa del Mundo, dudando de la capacidad de los nativos peruanos o minimizando el desempeño de éstos. Con dirigentes nacionales así sólo queda recomendar, proponer o, en el peor de los casos, suplicar que los naturalizados sean ellos.

lunes, 5 de marzo de 2007

La Policía no te respeta


El Club Deportivo ESPOLI (Escuela Superior de Policías), de la Liga ecuatoriana de Primera División, no había obtenido los resultados positivos requeridos por la hinchada y, por supuesto, por la directiva, conformada por policías en ejercicio. Por eso, más de un medio en ese país ya contaba las horas del entrenador Carlos Calderón en el cargo. El despido era inminente, y finalmente sucedió. Y un periodista de un periódico importante en Quito llamó al DT para preguntarle qué opinaba sobre su destitución y cuál era su descargo por los malos resultados de su cuadro en el torneo doméstico. El entrevistado se mostró sorprendido por la llamada, por las preguntas y sólo atinó a decir que nadie le había comunicado nada acerca de su cese de la institución, que sólo sabía por los medios que su estabilidad en el puesto peligraba. La directiva después revisó el caso y decidió continuar con sus servicios. Moraleja: nunca confíen en un policía.

jueves, 1 de marzo de 2007

¡Médico infeliz!


Era 2002 y un jugador que pertenecía a la plantilla de Sporting Cristal acusaba dolores en una de las rodillas luego de un choque dominical que disputó su equipo por el Torneo Apertura de ese año. El futbolista iba a ser considerado por el técnico de turno para el duelo que el cuadro del Rímac debía afrontar en la siguiente fecha del certamen en mención. Debido a los constantes malestares, por los que no pudo entrenar en la semana con normalidad en La Florida, el volante celeste acudió desesperado al departamento médico del club para informarle al galeno que iba a ser complicado que esté a disposición del entrenador, porque cada vez que se tomaba la rodilla los dolores no cesaban y aumentaban con el paso de las horas, explicación que el médico escuchó y respondió de manera tajante: “vas a jugar de todas maneras, esta dolencia tiene solución: simplemente no te tomes la rodilla, y listo”. ¡Plop!