A Cienciano del Cusco, en 1992, llegó el refuerzo brasileño Marcelo Freitas (Brasilia, 1968), quien había jugado en Bahía, Vasco Da Gama, Coritiba y Brasilia, todos de Brasil; y Jorge Wilstermann de Cochabamba, Blooming de Santa Cruz y Bolívar de La Paz, todos de Bolivia. Freitas, quien se integró junto a su compatriota Norberto Tossi al conjunto cusqueño, jugaba como lateral izquierdo y, eventualmente, como puntero por la misma banda. Luego pasó por Universitario, en 1993, y fue campeón. En 1994, sin embargo, se marchó a Arequipa y defendió a FBC Melgar. Su estancia en el fútbol peruano sólo duró tres años, pues emprendió viaje al Viejo Continente, donde lo esperaba un equipo de la Liga alemana, que necesitaba urgente a un goleador. ¿Goleador? Sí, como lo leen, un inescrupuloso empresario le propuso a Freitas venderlo como delantero, y el futbolista aceptó por la jugosa cantidad de dinero que iba a recibir. El agente le encargó a un conocido camarógrafo de televisión que edite en un resumen la mayor cantidad de goles que haya hecho Andrés ‘Balán’ González, compañero de Freitas en Universitario. González, muy parecido al zurdo brasileño en biotipo y en rasgos físicos, se había cansado de hacer goles en la ‘U’, material que iba a servirle al representante para colocar al marcador de punta en el país teutón. Y lo logró. El futbolista brasileño no volvió más al Perú y nadie sabe si la hizo linda en Alemania o si los germanos se dieron cuenta de que el delantero que marcaba como jugando en la cinta no era él, sino que habían contratado a un impostor, y lo dejaron ir por obvias razones.
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