Juvenal Silva es, de hecho, un dirigente exitoso. Bajo su gestión Cienciano del Cusco ha ganado varios títulos locales y dos internacionales, aunque aún tiene pendiente el cetro nacional, que ha perdido en dos años sucesivos últimamente. Por esto se podría decir que le lleva ventaja a los dirigentes de otros clubes locales, sin embargo aún no es un ejemplo a seguir: lo que hace bien cuando recurre a la razón lo borra cuando habla con el corazón herido. Hace poco, antes de que se dispute el Play Off ante Alianza Lima, acusó al delantero colombiano Edison Chará de desertor por abandonar el club cusqueño después del partido extra que Cienciano jugó en Trujillo ante la ‘U’, por el título del Torneo Clausura. Chará se marchó a su país aduciendo problemas familiares, y no volvió para jugar ante los íntimos, por lo que Silva pidió a la Federación que lo sancione por incumplimiento de contrato y pidió al futbolista que indemnice al club con 300 mil dólares por daños y perjuicios, además de denunciarlo por haber arreglado con antelación un contrato ventajoso con el equipo de La Victoria. Lo cierto es que Silva, antes y después del Play Off, hablaba sin argumentos valederos, porque Chará regresó a Colombia luego del último partido de su equipo en el Torneo Clausura, el extra disputado ante Universitario, como consta en su contrato, o sea, no tenía la obligación de participar en los partidos finales por el título nacional ante Alianza Lima, con el que supuestamente había arreglado por el año 2007, cuando la realidad es que el jugador cafetero es hoy de Cristal y, Silva, para variar, se tragó sus palabras por arribista.
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