jueves, 3 de enero de 2008

Amor serrano


La Comisión de Justicia de la Federación Peruana de Fútbol amenazó en el 2007 con restarle cuatro unidades a Alianza Lima en el Torneo Apertura, si no les pagaba a Gustavo Roverano y Raúl Vera, quienes reclamaron que el club blanquiazul les debía dinero desde el 2003, cuando se desató la huelga de futbolistas, en la que estos jugadores no fueron indemnizados luego que el Torneo Clausura acabara abruptamente. Luis Pizarro (en la foto), secretario general del club blanquiazul, negó la existencia de esa deuda y dijo en tono belicoso: "si le quitan los puntos a Alianza serán los últimos días de Manuel Burga como dirigente". Según el directivo íntimo, el titular de la FPF les había prometido que no iba a prosperar el reclamo del Sindicato Agremiación de Futbolistas Asociados del Perú (SAFAP), que protege a los jugadores del gremio que no son bien tratados por sus empleadores. La CJ le quitó, finalmente, los puntos al cuadro de La Victoria, que dejó el tercer lugar para descender al octavo, con lo que perdió opciones de ser campeón del Torneo Apertura, en el que acabó sexto tras disputar su último partido en Sullana. ¿Y Luis Pizarro? Nunca dijo nada. Meses después, cuando Arturo Woodman, jefe del Instituto Peruano del Deporte, buscó armar una Comisión Transitoria para destronar a Burga del sillón más importante de la Videna, varios clubes, que se oponían a la gestión del sucesor de Nicolás Delfino, se negaron a integrar ese grupo. ¿Cuál era uno de ellos? En un distrito popular de gente de color se hacen los locos a la hora de hablar del tema.

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