martes, 4 de diciembre de 2007

El arquero del medio millón


Raúl Fernández (en la foto), entre errores groseros y grandes aciertos, se apoderó este año del arco de Universitario de Deportes, en detrimento de José Aurelio Carvallo, relegado a la suplencia por el entrenador argentino Ricardo Gareca, sucesor del paraguayo Julio Carlos Gómez. Fernández, de 183 centímetros de estatura, había sido prestado al Sport Áncash de Huaraz para que se foguee en el torneo doméstico, pero en el 2005, cuando recién había sido promovido al primer equipo crema por José Horacio Basualdo, surgió la opción de que se pruebe en Boca Juniors de Argentina por las buenas relaciones del entonces presidente crema Alfredo Gonzales con sus pares argentinos. El juvenil arquero viajó a Buenos Aires, se sometió a un periodo de prueba de una semana y, cuando estaba a punto de firmar contrato con el club xeneize porque su producción convenció al comando técnico, el polémico y robusto dirigente pidió un dineral para venderlo. “Vale quinientos mil dólares, pagan eso o él vuelve a Lima”, dijo tajante el ex congresista de la República. Los dirigentes argentinos se miraron sorprendidos entre ellos y, como era de esperarse, no aceptaron las ¿exigencias? del titular crema, pues no estaban dispuestos a desembolsar esa fuerte suma de dinero por un futbolista que no tenía ni un minuto en Primera División y que hasta ese momento solo había estado un par de veces en el banco de suplentes. Hoy Gonzales, felizmente, ya no está metido en el fútbol, al menos activamente, pero amenaza con volver.

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