'Carasucia' supersticioso
Defensor Lima jugaba su penúltimo año en Primera División, en 1993. La institución acusaba graves problemas financieros y deportivos, y sólo un milagro podía salvarla de la baja. El presidente del club granate, Félix Tumay, ya no sabía qué hacer para levantar el ánimo de sus pupilos. Una tarde, en uno de los camarines del Estadio Nacional antes de un partido por el Torneo Descentralizado, Tumay reunió a los integrantes del plantel y les pidió desplegar el mayor esfuerzo posible para que el conjunto 'carasucia' resulte airoso y empiece a sumar puntos para evitar el descenso al final de la temporada. Luego de la sesión los jugadores se mostraron sorprendidos por el ingreso de un conocido chamán, invitado por el DT del club, José Chiarella (en la foto), quien había pensado en que ese personaje podía acabar con la mala suerte que los acompañaba. Uno de los futbolistas, hoy responsable máximo de la Agremiación de Futbolistas, se sintió sorprendido, burlado e indignado por la presencia del tipo y abandonó inmediatamente el lugar sin dar explicaciones. El chamán, finalmente, hizo su trabajo, pero nadie sabe si influyó o no en que Defensor se quedara un año más en la máxima categoría. Sin embargo, en 1994 la crisis del club era absoluta (la ayuda del chamán ya no fue posible), al punto que recibió 11 goles en un partido de parte de Sporting Cristal y semanas después perdió la categoría. Hoy participa en la Liga del Cercado de Lima y está organizado como un equipo de barrio, muy lejos del campeón nacional, en 1973, o del ganador de la Copa Plácido Galindo, en 1989.
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